Vas cayendo lento
como se saborean
los helados en verano
Suave, tibia la brisa
que te envuelve hasta
dormirte
En las cuevas del sueño
calcinados de sol
huyendo de las tormentas
duermen tus miedos
su condena eterna
Cada noche, sin embargo
cuando el silencio crece
hasta desaparecer
se abre la puerta
y salen
a recorrerte.