De turista en Bariloche con 4 vikingos adosados, parte 1

La idea fue formándose de a pedazos, como un rompecabeza gigante que sólo al final comienza a tener sentido.

Cuando nos casamos hace dos años en Argentina, mis suegros no pudieron estar. Por ello decidieron que harían en cambio un viaje con nosotros en un futuro próximo. Después – o antes – o al mismo tiempo – mi Vikingdelort menciona que Vikinguito sería de la partida, cumpliendo una vieja promesa de viaje al exterior que terminó siendo tan exterior como es posible sin caerse del planeta.

Pasé muchas, pero muchas horas buscando las combinaciones posibles de vuelos en lo que al principio serían 14 días más los días de viaje y terminaron siendo 24 + 2.  Había que cumplir con algunos requisitos como :

• Enganchar Navidad y Año nuevo en el medio para
  • Pasar las fiestas con mi familia argentina
  • Evitar faltar tantos días a los trabajos/escuelas
• Que los tiempos de espera entre vuelos fuera el menor posible
• Que tuviera equipaje incluído ( las líneas de bajo costo cobran el equipaje aparte y el plan era traerme unos cuantos libros ( 10 kilitos, no más ) al regreso).
• Que fuera posible hacer conexión desde dos lugares diferentes ya que los puntos de partida y regreso era diferentes.
• Que el tiempo en la conexión Buenos Aires-Bariloche fuera lo suficientemente largo como para que, si había paro-tráfico-manifestación-corte de calles y/o desbole en general, aún así llegáramos a tiempo.
• Precio

Con estos condicionamientos, me llevó un tiempito encontrar el itinerario más conveniente, pero lo conseguí.

El alquiler de un lugar donde quedarnos me llevó más tiempo aún. Empecé en mayo preguntando tarifas de alta temporada para tener una idea. Casi me desmayo bien desmayada. Una cosa es leer acerca de la inflación y otra muy distinta es leer las cifras siderales que pretenden por cabañas y/o departamentos.

Al final nos decidimos por una cabaña de troncos en el 4,700 que mostraba el estilo barilochense en su máximo esplendor, por un valor razonable. Pertenece a una familia que la alquila en temporada y está muy bien cuidada. Fue construída por la familia a puro amor, y eso se nota en cada detalle.

No les voy a detallar el viaje Molde-Oslo-Frankfurt-Buenos Aires-Bariloche, que consistió básicamente en hacer cola para desembarazarse de joyas y metales varios, poner cara de no me importa que me vean las intimidades en pantalla 3D, volver a enjoyarse y encamperarse, esperar, embarcar, apoyar el tujes muchas horas en un asiento, levantarse trabajosamente, juntar los petates, salir amuñungadamente para amuñungarse en la fila de muchas otras personas que tratan de bajar al mismo tiempo del avión, subirse a un colectivito/trepar la manga/subir las escaleras, buscar una pantalla que contenga la info de la conexión pertinente y vuelta a empezar, una y otra vez. Con la única diferencia de Aerolíneas Argentinas, que reprogramó el vuelo de las 13 a las 15 sin movérsele una pestaña, para terminar saliendo a las 19. Después de 30 horas de vuelo, AR supuso que no nos molestaría en lo más mínimo esperar en el atestado Aeroparque un avión que funcione.

 

Lo peor es que cuando llegamos y llamamos al encargado de darnos la llave de la casa, nos enteramos que éste se había cansado de esperar y se había ido de parranda. Ah, pero nos dejó OTRA casa abierta  – que está en el mismo terreno – para que lo esperáramos. No me van a decir que no fue considerado el muchacho! Menos mal que siempre tengo un plan B en la manga…

…para los ansiosos de siempre, la parte 2 está haciendo click aquí