De turista en Bariloche con 4 vikingos adosados, parte 2

Si Ud querido/a lector/a no leyó la primera parte, se jode. Bueno, no, hace click acá. Para leer la parte que sigue, ármese de paciencia, porque todavía no la escribí. 

…dónde me quedé ? ah sí, el as en la manga!  Digamos que siempre encuentro un plan B, si es que no lo consideré de antemano. En este disparatado caso donde nos encontramos de buenas a primeras sin posibilidad de entrar a la casa que alquilamos, hice lo que cualquiera en mi situación hubiera hecho: Recorrer el perímetro de la casa tanteando las ventanas para ver si alguna cedía. Ustedes dicen que no lo habrían pensado ? Vamos, vamos, no me mientan que somos pocos y nos conocemos lo suficiente!

El caso es que encontré una ventana que con un suave (…) empujoncito se abrió y me permitió pasar una pierna, la continuación de la pierna y el resto de mi humanidad por el hueco de la ventana.

Menos mal que mi amigo Grandote había estado en la casa y me fue guiando a los gritos desde afuera para encontrar la puerta y abrirla, porque estaba oscuro, había escaleras por todos lados  y las llaves de luz estaban misteriosamente desaparecidas. ( Luego nos anoticiamos que los tomacorrientes y las teclas de la luz estaban debajo de estantes y detrás de los muebles)

Abrí la puerta del frente y entramos todos los bártulos. No estoy diciendo que mis suegros sean un bártulo, ellos entraron solos.

Viajamos con lo mínimo, o sea una valija de 22 kg, valija de cabina, laptop, cámara y cartera, CADA UNO. Una mudanza al lado nuestro, un poroto. Una vez más, gracias a mi amigo Grandote que nos fue a buscar con su súper camioneta, las valijas y menesteres viajaron súper cómodas.

El siguiente temita a solucionar : la comida! Teníamos pensado llegar a las 3 de la tarde, tiempo de sobra para abastecer la casita. Pero a las diez de la noche no teníamos margen!  A subirse al auto nuevamente y encontrar un súper abierto!

Eso de que Supermercados Todo está Siempre Junto a Usted es cierto! Chá grax Todo!

Al otro día, descansados o más o menos conscientes digamos, fuimos a la casa de mi hermana para almorzar. Como de costumbre las alas inmensas de mi hermana-mamá-gallina nos recibieron con la calidez de su cariño, la inmensidad de su corazón y con el dulce de mi cuñado cocinando pollo al disco!

Primeras situaciones ”traductivas” : mi familia argentina hablando en español al mismo tiempo y mi familia noruega  mirándome, esperando que les traduzca TODO…misión imposible!

Llegaron mis papis y mi hermanita, y de pronto me encontré viviendo el momento que soñé durante casi dos años : tener a mi familia noruega y mi familia argentina bajo el mismo techo.

Cuando decidí mudarme a Noruega lo que más me costó fue dejar mis afectos atrás. No hay nada que reemplace los abrazos de mis hermanas, o el tono de voz de mi cuñado. Mi hijo no almuerza empanadas dobles de choclo conmigo . Mis amigos no me ceban mate mientras trabajo. No veo crecer a los hijos de mis amigos. Mi papá no está a la vuelta de la esquina para ayudarme a colgar los cuadritos o darme consejos. Verlos ahí, tenerlos ahí, abrazarlos, fue hermoso, intenso e innolvidable.

Para ellos fueron muchos nombres y muchas caras nuevas . Una rara mezcla de charlas en español y  noruego mechadas con algunas palabras en inglés que mi hermana se animaba a decir fueron los condimentos de nuestro riquísimo almuerzo.

Y mientras traducía, masticaba y trataba de fijar en mi recuerdo cada instante, agradecí con el corazón todas y cada una de las bendiciones que hicieron posible ese momento.

De repente me di cuenta que todos en esa habitación tenían un solo denominador en común: yo !

Otra que Máxima Zorreguieta !